Durante estos años, sucedieron muchas más cosas y por casualidad encontré todos los montajes financieros que se han hecho para tratar de esconder el patrimonio de Alberto Constain Medina. Cuando los hijos «reconocidos»de mi padre: Fiona Constain Cenzano, Alberto Constain Cenzano y Maria Elisa Cenzano de Constain se enterarón me propusierón un encuentro. Nunca dijerón de que querían hablar. El encuentro era en Estados Unidos. Siendo sincero, luego de todo lo que viví en Colombia y el sin número de acusaciones y montajes que su pusó en mi contra, no podía viajar a otro país con el riesgo de enfrentar un problema. Esta reunión no de dio.

Mi padre, de haber actuado normalmente, hubiese hablado conmigo. Como un padre lo hace con su hijo. Un simple encuentro hubiese sido suficiente. Pero nunca se pudo por motivos sencillos y viejos como la historia del mundo. Con un diálogo básico nos hubiésemos ahorrado tantas tensiones y un final tan triste el día del funeral. Lo que veo con la actitud de Fiona y de mi «hermano» es que repiten el pasado. Cortaron la comunicación y no dejaron otras opciones que volver a una relación similar a la que tuve desafortunadamente con mi padre. 

En vez de hablarnos Alberto y yo, nos enfrentamos. Y lo más increíble es que después de todo lo que ha hecho en mi contra, se sentía víctima. Durante 10 años nunca lo pude encontrar, ni hablarle y se dedicó a montar cargos contra mí: denuncias por delitos inventados. A los 10 años de recibir malos tratos, decidí dejar esta historia en manos de la justicia.