Un dia me llego un mail. Fue después del sepelio de mi padre que terminó con la toma de ADN. No conocía a la persona que me contactaba. Era Fiona Constan, mi media hermana. Este mail llegó en el 2007 más o menos. Del 2007 al 2020 estuvimos en contacto Fiona y yo y la terminé visitando en su apartamento de Nueva York.
Pongo en esta página restos de esta relación. Digo “restos” porque me queda difícil decir si ella me contacto por un motivo sincero y desinteresado, o si lo ha hecho con un propósito.
Yo no puedo contestar esta pregunta. A veces voy para un lado, a veces voy por el otro. Lo cierto es que durante años tapo la realidad del testamento de mi padre y del patrimonio que recibieron.